Recibido 16/4/2015
Pinchando
la Burbuja de DolarToday
Jacinto Dávila
Las burbujas especulativas son un fenómeno bien conocido, aunque
quizás no bien entendido, entre economistas1.
Dicen que "se
caracteriza por una subida anormal y prolongada del precio de un
activo o producto, de forma que dicho precio se aleja cada vez más
del valor real o intrínseco del producto"2.
Destaca, entre las hipótesis de causas posibles, una explicación
conocida como "la teoría del más tonto" que dice que "las
burbujas continúan mientras los tontos puedan encontrar otros más
tontos para pagarles por los activos sobrevaluados"3.
Es decir, continúa la explicación, las burbujas terminarán cuando
el último tonto se convierta en el único supremo tonto que paga el
precio superior por el bien sobrevaluado y que entonces no puede
encontrar otro comprador que pague un precio más alto.
Una burbuja especulativa es exactamente lo que han creado y alimentan
páginas Web y sub-redes sociales como DolarToday. Es una muy exitosa
maniobra financiera controlada por factores extremos de la oposición
que controlan a su vez medios de comunicación y portafolios de
inversión y juegan a hundir el precio del Bolívar frente al Dólar.
Una maniobra exitosa que capitaliza, depende y, por supuesto, cultiva
un elemento clave de toda espiral inflacionaria en una nación: la
desconfianza en el país. Al parecer, les resulta muy fácil
convencer a los venezolanos y a las venezolanas que su unidad
monetaria vale muy poco y que continuará decayendo inevitablemente
frente al valor de la divisa internacional. Nuestra estrategia
tradicional de ahorro es comprar divisas "que no se devalúan".
Esto significa que, atendiendo a la teoría del más tonto, esta
burbuja durará para siempre, pues siempre aparecerá uno o una más
tonta que pagará más por el papel que ya estaba sobrevaluado
(cuando menos respecto a nuestra moneda). Tenemos la combinación
perfecta de elementos para sostener esa espiral infinita: una renta
natural (de la reserva petrolera más grande del mundo) y una
autoestima por el subsuelo. Durará toda la vida de los que ahora
vivimos. Y, ¿luego?.
Pero, ¿cómo probar que es una espiral especulativa?: Venezolanos y
venezolanas pagan más por el dólar porque están convencidos que el
bolívar vale muy poco. Desde luego, esos cupos establecidos por
Cencoex (antes CADIVI) contribuyen a la ilusión de que el dólar
está "racionado". Pero la verdad es que esos mismos cupos
alimentan un mercado divisas que nunca faltan a quien quiera pagar el
"precio real". El bolívar vale poco porque una página Web
lo dice. Lo dice porque ese es un mecanismo, nada original pero muy
efectivo en Venezuela, para extraer los dólares de la renta
petrolera y debilitar la economía, siempre con la intención de
debilitar al gobierno. Así ha funcionado desde la cuarta república.
La causa a la que apuntan los economistas para explicar que no
tengamos todos los dólares del mundo (al alcance de todos los
vecinos de aquel último tonto) es que vendemos pocos productos en
dólares (en el exterior, desde luego), que no sean del petróleo.
Pero si ese bajo nivel de producción no-petrolera es la razón de la
escasez real y es un fenómeno que nos ha estado afectando desde hace
varios años (comparen, si el BCV los deja, el aporte no Petrolero en
2009 con el aporte no Petrolero en 2014), ¿por qué sigue cayendo el
bolívar (a velocidades muy superiores al crecimiento poblacional)?.
La respuesta real es que nos enseñaron a creer que no vale mucho y
que cada vez valdrá menos. Punto. Así todos compran "para
protegerse de la inflación" que seguramente vendrá (porque
todos comprarán y nadie querrá vender). Profecía autocumplida en
un país sin autoestima, cuando menos en el aspecto económico.
Para revertir ese proceso necesitamos Patria. Una patria defendida y
cuidada por todos y todas. Pero hablar de Patria con la oposición,
particularmente con la academia opositora, es imposible. Nomás miren
como se comportan a propósito del decreto de Obama. Odian a la
Revolución y encuentran razones suficientes en los miserables
salarios que ahora ganamos para lanzar todo el país a la basura. Nos
piden que nos sumemos a su causa laboral con orgullosas declaraciones
de cuando ganaban 12,5 salarios mínimos, en épocas en las que los
jubilados no ganaban ni uno. No han aprendido nada en 16 años y,
claro, es porque no quieren aprender nada de o con el Chavismo. Sería
una catástrofe psicológica para muchos.
Necesitamos los cerebros de todas y todos para encontrar la forma más
razonable de usar esa renta natural, que no sea el dilapidar salvaje
capitalista (o es ¿capitalista salvaje?) aupado desde el norte.
Pero, antes, necesitamos los corazones de todos y todas en causa
común, no solo entre los y las nacionales de la República
Bolivariana, sino entre toda la humanidad cuyo destino está atado a
lo que hagamos ahora con la reserva de sol: el petróleo. Quinto
objetivo del plan de la patria, decimos rápidamente los chavistas,
haciendo orgulloso alarde del legado, mientras los opositores
mediáticos nos gritan ilusos, estúpidos, burros, ignorantes!. No
hay muchas voluntades que se recuperen de eso.
Como diría el inolvidable Felipe, amigo de Mafalda, quien siempre
sufrió bajones de autoestima, sobretodo para sentarse a hacer la
tarea: "la
voluntad debe ser la única cosa en el mundo que cuando está
desinflada necesita que la pinchen""
2
(.ibid)
2. 10 millones de firmas. ¿Y ahora qué? http://tatuytv.org/index.php/analisis-y-opinion/critica-y-autocritica
1. La Ventaja Chavista. Jacinto Dávila http://memoria-libre.blogspot.com/
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