Carta
Abierta a Venezuela
La universidad venezolana se encuentra en estado de sitio y debemos anunciarlo aún cuando es posible que sea ya demasiado tarde. Las fuerzas que la asedian son muchas y de signo diverso por lo que hemos considerado acudir a la sociedad venezolana en pleno, para hacerle conocer algunos de los aspectos que consideramos estratégicos no ya para la sobrevivencia de la universidad venezolana sino para una auténtica transformación por el bien común.
¿Para qué denunciar el estado de sitio si esto podría, oportunamente, abrir un proceso de transformación? La razón es elemental y, acaso en ese mismo sentido, trágica: Buena parte del asedio y sitio de la universidad venezolana proviene de su propio interior y se refleja claramente en sus espacios de influencia, ahora convertidos en espacios de decadencia.
Un
enemigo de la práctica universitaria está adentro.
La universidad está secuestrada por sectores internos de las propias universidades, en especial las universidades que disfrutan del status de autónomas desde antes de 1999. El ejercicio de la autonomía fue secuestrado del ámbito académico y científico para generar procesos de insubordinación a la ley, que incluyen el apoyo a salidas inconstitucionales y violentas en contra de gobiernos democráticamente electos por las mayorías en Venezuela.
Se ha apelado a la autonomía para hacer oscuros los procesos de administración universitaria que van desde los procedimientos de incorporación de personal hasta los pagos de salario a tiempo y con la debida información. Más aún, se sostienen mecanismos de financiamiento de fundaciones para-universitarias en circunstancias que ameritan ser revisadas y controladas por las instancias públicas y privadas a que hubiere lugar.
En resumen, se trata de una universidad que habiendo sido reinvindicada constitucionalmente la autonomía para ser útil a la sociedad y la humanidad toda, ha apelado a la autonomía para librarse de responsabilidades y ocultar acciones reñidas al menos con la justicia social y la contraloria de la sociedad venezolana.
Es una Universidad sin gestión transparente de sus recursos. A pesar de que se declara el apego a los mecanismos de control fiscal, contable y financiero para mostrar la pulcritud de las finanzas universitarias, las instituciones universitarias y parauniversitarias autónomas siguen atentando contra los bienes de la nación. Desde el año 2013, sectores dentro de la universidad han apelado a procesos de paro disfrazados de “cierre técnicos” sin que haya existido la voluntad política al interior de la propia universidad de justificar de forma objetiva y sin lugar a dudas, las razones de su actuar. Esto ha deteriorado de forma sustancial la relación armónica entre miembros de la propia comunidad universitaria y su entorno social inmediato. En la actualidad, el proceso de solapamiento de lo institucional con lo gremial adquiere dimensiones grotescas que conducen, por ejemplo, a convocar a puerta cerrada la sesión de un CU en reunión con la correspondiente representación integremial. ¿Acaso no era de interés institucional?
Es una Universidad sin contraloría de los procesos académicos. Los procesos académicos de docencia e investigación han sido abandonados por los procesos de deterioro de las condiciones materiales para la investigación por parte de una inexistente política de actualización de equipos y suministros para la infraestructura científica nacional por parte del Estado.
La universidad por su parte no ha servido de mecanismo para articular posibles respuestas y soluciones a un proceso que sin lugar a dudas, sigue teniendo en las universidades a sus principales protagonistas. En ausencia de una posición institucional que ayude a resolver los problemas, se ha optado por la denuncia epiléptica, irreflexiva y sectariamente interesada que en nada contribuye a la sociedad venezolana.
Es una Universidad sin contraloria de los procesos administrativos y de servicios. El ingreso de personal fundado en la afiliación de intereses y no en términos de competencia y requerimientos objetivos, ha dado al traste con el mejoramiento de la planta profesoral, de empleados y obreros en la universidad, quienes no cuentan con mayores estímulos o con guias claras para la eficacia y la eficiencia.
El deterioro del salario, no solo el universitario, sino el de toda la nación, como consecuencia de la confrontación política y la manipulación económica, no ha encontrado en la Universidad el correspondiente espacio para el análisis sosegado y el necesario pronunciamiento en defensa de los superiores intereses de la Patria.
Los procesos de enseñanza-aprendizaje siguen estando sometidos a largos y engorrosos procesos burocráticos que hacen imposible la flexibilidad de los programas de formación y su actualización a los procesos de tecnología educativa y tendencias de educación innovadoras en el mundo.
La ausencia de mecanismos de evaluación de desempeño de las carreras universitarias revelan el divorcio entre una universidad que se resiste a reconocer a la sociedad venezolana en sus nuevos planteamientos y retos como sociedad .
Es una Universidad cerrada al libre acceso al conocimiento. Contrariando grandes esfuerzos para dotación de bibliotecas y para la dotación de plataformas para compartir conocimientos, las politicas internas en las universidades privilegian ampliamente la entrega del patrimonio institucional a medios de difusión privados que pechan la curiosidad y obtienen rédito de la propia comunidad universitaria, desconociendo el apoyo público que soporta las contribuciones.
El rechazo a cualquier instrumento legal derivado del estado venezolano que no es sometido al rigor académico para una sostenida crítica mientras que, además, se irrumpe promoviendo el quebranto de la ley y el desconocimiento de las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia.
Pero quizás, nada revele con mayor claridad el estado actual de la universidad en su debate doctrinario sobre el sentido de la universidad que la imposibilidad de proponer y desarrollar un debate sistemático sobre la ley de universidades y cualquier otra ley que tenga al conocimiento y la educación como objeto de legislación.
La Ausencia de una Política Universitaria por parte del Estado
Pero además, existen fuerzas externas a la universidad que deben ser llamadas a la construcción de un debate franco y sincero sobre las capacidades y limitaciones del sector universitario en Venezuela. En este sentido, el gobierno nacional le corresponde en buena parte un papel fundamental como protagonista en este debate.
No se puede ocultar que en la política orientada hacia las universidades en Venezuela ha estado orientada a un proceso de sustitución de las viejas formas universitarias por unas nuevas sin un debate democrático, participativo y protagónico. En este sentido, la falta de compromiso de las universidades para contribuir con el debate que se da en Venezuela lejos de ser una muestra de autonomía del pensamiento es una muestra de soberbia y desconocimiento de los actores que hacen vida en la sociedad venezolana y que esperan un rol de la universidad que vaya más allá del sabotaje y la toma de partido político. La universidad es pensar con el otro y no por el otro.
También ha fallado el gobierno en propiciar la transformación universitaria, no por su desmantelamiento, sino por la construcción de las necesarias nuevas estructuras y el reconocimiento de los patrimonios intelectuales y de las experiencias que puedan favorecerlas. No todo es desechable en las viejas universidades y valiosas experiencias pueden perderse con el colapso institucional.
La relación universidad-gobierno no debe ser una relación de tutela pero debe también estar caracterizada por la búsqueda permanente de espacios de concertación y no puede reducirse a escenarios de confrontación y desconocimiento entre las partes.
El sector universitario en todas sus formas se encuentra sumido en una situación de depresión institucional por la imposibilidad de concertar que los bienes de la universidad pública son eso, bienes públicos. Al ser bienes públicos deben estar sometidos a procesos de control, cuidado y uso de quienes puedan y requieran de esos servicios. Ha sido imposible consolidar servicios integrales de laboratorios, bibliotecas e infraestructura tecnológica para todo el sector universitario. Se generan así situaciones de injusticia social en universidades que cuentan con demasiados recursos y otras que sufren de demasiadas necesidades.
Esta situación se hace además insolente cuando los propios encargados de velar por un proceso de reconocimiento de las diferencias y el desarrollo de diferenciación positiva que permita mejorar las condiciones de quienes están en desventaja, siguen aupando procesos de privilegios a las universidades tradicionales en desmedro de las nuevas instituciones.
En el caso particular de Mérida, seguir hablando de La universidad para referirse únicamente a la Universidad de Los Andes desconoce las instituciones de reciente creación que están tratando de incorporarse en el proceso de ser universidades para todos los merideños. Este tratamiento discriminatorio denuncia por si sólo la necesidad de concertar una política universitaria territorial del presente y para el futuro y que no mantenga las rémoras del pasado.
Quienes acá firmamos esta declaración lo hacemos a título personal en nuestra condición de universitarios. Lo hacemos convencidos que el ejercicio de la autonomía se ejerce desde la condición de universitario y es intransferible a las formas institucionales que, como lo hemos denunciado, han usurpado la autonomía para practicar el libertinaje. Sirva esta última nota para expresar nuestro rechazo a las formas de paralizar la institución universitaria en desmedro de lo más preciado de la nación y que hemos sido incapaces de proteger incluso de nuestras propias debilidades, nos referimos a la juventud venezolana a la que convocamos que asuman a la universidad como el lugar para encontrar y labrar el futuro de la patria y no como el mercado en el cual podrán comprar las herramientas para su futuro. La suspensión de las actividades usando eufemismos y medias verdades nos hace daño en el núcleo fundamental de la práctica universitaria.
Por
una universidad democrática, participativa y protagónica!!!!
Quienes deseen apoyar con su firma esta declaración notificarla como comentario en el blog con su respectiva afiliación.
Suscrbo conforme
ResponderEliminarJacinto Dávila, Profesor titular, ULA
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ResponderEliminarSuscribo conforme. Rosa Anelia Asuaje. Profesora Titular
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ResponderEliminarSuscribo el contenido y la fuerza del texto. Ética, decencia y compromiso humano en procura del conocimiento, que es de todos, nos es sumamente necesario estos días. Los momentos difíciles no pueden sino ser espuelas que nos empujen a seguir adelante.
ResponderEliminarMelva J. Márquez Rojas, Profesora titular, Universidad de Los Andes
Suscribo el texto.
ResponderEliminarRoberto López Sánchez. Profesor Titular de la Universdad del Zulia.
Suscribo esta DECLARACION
ResponderEliminarMaria Elena Garcia Diaz
Profesora Titular Jubilada. ULA
Suscribo el texto. Rafael Lemus Mieres, C.P. 2929770. Administrativo jubilado de la Universidad de Oriente.
ResponderEliminarSuscribo. Leandro León. Profesor titular ULA
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ResponderEliminarSuscribo conforme. Profesor jubilado ULA
ResponderEliminarSuscribo conforme. Profesor jubilado ULA
ResponderEliminarSuscribo. Luis Betancourt. Agregado. ULA.
ResponderEliminarSuscribo el documento. Johnny Alarcón. Profesor titular de la Universidad del Zulia
ResponderEliminarSuscribo la declaración. Anny Lacruz. Prof. Agregado ULA.
ResponderEliminarSuscribo. Angel Ceballos van Grieken Prof. Instructor ULA
ResponderEliminarLo suscribo. Gladys Gordones
ResponderEliminarSurcribo Lino Meneses ULA
ResponderEliminarEs necesario intervenir la ULA ya, esa es una caricatura de Universidad. Firmo la declaración, pero ya no hay interlocutores racionales en la clase dirigente de la ULA-MÉRIDA.
ResponderEliminarMe suscribo: Hugo E. Méndez U. V-7.894.831
ResponderEliminarSuscribo la Carta y su espíritu de lucha.
ResponderEliminarCarina Salazar .profesora Agregada UBV. Mérida
Suscribo Declaración de Mérida.
ResponderEliminarLuis Fuentes. V-11.857.745.
Profesor Titular.
Universidad Nacional Experimental Sur del Lago "Jesús María Semprum".
Me sumo a esta declaración. Rosa Maria Bracho Morán. Unefa, Núcleo Mérida
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ResponderEliminarSuscribo. Jessica Pernía - Universidad Bolivariana de Venezuela - Mérida
ResponderEliminarSuscribo esta declaración. Una de las mayores tragedias de la universidad venezolana, ha sido el secuestro de ésta por parte de la derecha más inepta, troglodita e incapaz que se tenga noticia en la historia de nuestro país. Una caterva de fanáticos la gobierna. Juan Carlos Villegas. Profesor Titular. Facultad de Ciencias. Universidad de Los Andes
ResponderEliminarSuscribo esta declaración. Katania Felisola. Docente ULA.
ResponderEliminarSuscribo esta declaración. Virginia Padilla. Profesora Asociada UNEG
ResponderEliminarSuscribo esta declaración, Profesor Titular a Tiempo Completo del Núcleo LUZ-COL (Cabimas)
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